Cómo limpiar una lona protectora?
Normalmente, cuando usamos una lona es para proteger grandes superficies u objetos que no podemos guardar bajo techo y que queremos proteger de los elementos de la naturaleza. Ya sea que tu lona proteja un vehículo, muebles de jardín o piscinas, es importante también protegerla a ella para que siga cumpliendo su trabajo a cabalidad.
La mayoría de las lonas son imputrescibles, es decir, que no se pudren con el moho, sin embargo el moho puede usar la superficie de la lona para agarrarse y desarrollarse, aunque no penetre la tela, provocando que con el tiempo la lona pierda efectividad y se dañe.
La tela de lona funciona más o menos como la piel humana: es bastante resistente, se limpia fácilmente y puede usarse durante muchos años, pero hay que darle un buen mantenimiento para explotar al máximo sus mejores cualidades. La clave de un excelente mantenimiento es una limpieza adecuada, que no dañe la superficie de la lona ni debilite la estructura interna de la misma.
Limpiar una lona es bastante sencillo, es de hecho un requisito indispensable limpiarla al menos una vez al mes para mantenerla en óptimas condiciones.
Dependiendo del estado de suciedad de la lona, tendrás que aplicar uno de los dos métodos aquí descritos; si realizas el primer método de manera mensual, el segundo método podrás usarlo sólo dos o tres veces al año para quitar suciedades más profundas.
¿Qué necesitas para limpiar tu lona?
- Un chorro de agua constante, tipo de manguera, pero suave.
- Jabón suave, preferiblemente el mismo jabón que se usa para bañarse.
- Una esponja suave.
- Guantes para limpiar.
Procedimiento:
Colócate los guantes para limpiar.
Coloca la lona en una superficie plana, como el suelo. Trata de que no esté cubriendo el objeto que debe proteger.
Usa la manguera, con el chorro de agua suave, sobre la lona, tratando de arrastrar con el agua cualquier tipo de suciedad que esté sobre la lona, tipo hojas caídas, tierra, piedrecillas, etc.
Coloca el jabón sobre la esponja y suavemente ve quitando el polvo y la suciedad adheridas a la lona.
Enjuaga el jabón de tanto en tanto entre lavadas.
Finalmente, cuando ya esté completamente libre de suciedad, dale un último chorro de agua suave a la lona.
Eleva la lona para que el agua se escurra y se seque completamente.
Para limpiezas profundas necesitarás:
- Lejía doméstica
- Jabón neutro sin disolventes
- Agua
- Guantes para limpiar
Procedimiento:
Colócate los guantes para limpiar.
Mezcla 70% agua, 20% jabón neutro y 10% lejía doméstica en un recipiente.
Aplica la solución de lejía y jabón a la lona, cubriéndola completamente.
Deja actuar de 15 a 20 minutos.
Enjuaga muy bien la solución de lejía y jabón de la lona con abundante agua fría.
Deja secar completamente.
Es importante enjuagar bien la lona, pues la combinación de lejía con el sol puede dañarla.
Consejos generales:
- Es importante cumplir con la limpieza mensual de la lona, para ayudarla a cumplir su trabajo de proteger tus objetos efectivamente.
- La lona debe estar completamente seca antes de volver a usarse.
- Usar detergentes suaves, nada abrasivo, disolvente ni ácido, porque eso debilita la superficie de la lona.
- Antes de guardarla o doblarla es vital que la lona esté limpia y seca, para evitar la formación de moho.
- Evita colocar fuentes de calor y vapor bajo la lona, para asegurar que la superficie no se debilite.
- Recuerda siempre ventilar la lona de cuando en cuando para permitir que el tejido respire y mantenga su fuerza.
- La lluvia ayuda a arrastrar la suciedad fuera de la lona.
- Si es absolutamente necesario enrollar o doblar la lona cuando está húmeda o mojada, debe desenrollarse y extenderse para que se seque lo más pronto posible, y es recomendable aplicar el primer método de limpieza para evitar la proliferación del moho.
- La limpieza profunda se recomienda hacerla dos o tres veces al año, dependiendo del uso que se le de a la lona.
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