Cómo limpiar una armónica?
El único método aconsejable para limpiar una armónica es usar simplemente agua. Todas las armónicas tienen chapas de acero inoxidable y juegos de lengüetas de aleaciones con latón que aunque se manchan debido al contínuo contacto con la humedad tampoco se oxidan.
Debido al pequeño tamaño de las lenguetas y a los finos huecos entre estas y la placas se puede dar el caso de que alguna nota suene mal debido a que algún cuerpo extraño, aunque sea minúsculo, interfiera en el movimiento de la lengüeta, por lo que si es un problema persistente no habrá más remedio que desarmar nuestra armónica y limpiar con un pincel suave la lengueta afectada.
Si no es el caso lo mejor y más aconsejable es simplemente una limpieza exterior con un trapo humedecido en agua de las partes de la armónica que más contacto tienen con la boca: la embocadura de las 10 celdas y la parte delantera de las cubiertas protectoras. Es el único mantenimiento frecuente realmente aconsejable.
Sólo muy de vez en cuando se puede desarmar completamente y limpiar todas las piezas con agua y algo de jabón neutro y con ayuda de algún pincel muy suave para eliminar interiormente todo rastro de saliva, polvo y cuerpos extraños, aclarando bien con agua corriente y dejando secar al final.
Como consejos obvios y tratándose de un instrumento que está continuamente en contacto con nuestra boca están el de no intercambiar nunca nuestras armónicas con nadie y mucho menos el probar las de otros. Procurar guardarlas siempre en el estuche o caja que usemos preservándolas así del polvo. No tocar nunca inmediatamente despues de comer ni mientras lo hacemos (lo mejor es hacerlo después de lavarnos la boca).
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