Cómo limpiar el cañón de un arma de fuego?

16 de agosto de 2011 - 22:46

Los cazadores saben que el gran peligro de una escopeta o rifle es la suciedad, por eso es necesario que se realice una limpieza diaria de estos. La corrosión o el posible almacenamiento de alguna materia extraña puede hacer que el funcionamiento de nuestra arma se dificulte y, si llegara a afectar los cartuchos, provocar accidentes.

Cuando efectuamos un disparo, el cañón se ve afectado por varios elementos residuales que se producen como consecuencia: la acción de los gases producidos por la pólvora y la ignición del pistón; el plomo y el latón de la camisa de la bala.

¿QUÉ NECESITAREMOS?

– Baqueta: es de gran importancia la baqueta en la limpieza. Las de mejor calidad son las de ACERO recubierto de material sintético, adaptada al calibre y longitud del cañón. También existen de LATÓN y sirven a la perfección. Con las de ALUMINIO, por su poca dureza, hay que tener mas cuidado y no rozar las estrías generando depósitos difíciles de quitar. En el mercado hay disponibles baquetas con diámetros que se pueden utilizar en cañones de diferente calibre, de todas formas, aconsejo disponer de baquetas lo más adaptadas para cada calibre, ya que se tiene más precisión a la hora de empujarla, con menos riesgo de doblarse y erosionar el ánima.

– Cepillos:
Sintéticos: los cepillos de cerda o material sintético, por su suavidad, pueden utilizarse para la limpieza de pólvora, polvo, u otro material extraño de fácil eliminación. Aunque existen ciertas tolerancias, siempre se aconseja utilizar los de su propio calibre.
De Latón: (nunca de acero o aluminio) se utilizan para eliminar aquellos restos más difíciles, su diámetro corresponde al calibre del cañón.

– Soportes para trapos: pueden ser de dos tipos:
De empuje («gratas») diseñados específicamente para cada calibre, permitiendo una limpieza muy buena del estriado
De ojal, poseen más tolerancia y se usan para una limpieza con trapos más somera y sobre todo para introducir en el cañón los líquidos de limpieza.

– Productos de Limpieza: también los subdividimos en dos tipos: disolventes y lubricantes.

Los disolventes tienen como función eliminar los restos de pólvora, plomo y latón (cobre), estos suelen ser productos con base de petróleo, que dejan el ánima del cañón sin protección una vez utilizados. Existen algunos específicos para eliminar el «latonado» («cobreado»), cuyo uso es muy delicado dada su alta capacidad de corrosión. Los cepillos de latón no pueden emplearse con estos últimos, por razones obvias, ya que se disolverían.
Los lubricantes son aceites orgánicos, minerales o preferentemente sintéticos, que se emplean para la limpieza general, para evitar la corrosión y lubricar los componentes mecánicos. Es recomendable que se usen en pequeñas cantidades, evitando empapar las piezas del arma dado que esto acarrea consecuencias negativas.

¿CÓMO PROCEDEREMOS?

Paso 1: Asegurarnos de que el arma está descargada, abierta y sin munición en el depósito.

Paso 2: Según cuál sea la clase de arma de la que se trate efectuaremos su desarme : retirada del cerrojo, desensamblado de báscula, separación del cañón y lo que incumbe.

Paso 3: Embebemos el cepillo de cobre en nuestro disolvente o producto mixto.

Paso 4: Realizar de 10 a 20 pasadas por el interior del cañón procurando que el cepillo salga siempre por el extremo opuesto.

Paso 5: Utilizaremos Metanol para realizar la limpieza del cepillo que usamos.

Paso 6: Una vez que pasamos el solvente deberemos retirar los excedentes usando parches ( entre 4 y 5 parches suelen ser suficientes).

Paso 7: Si el arma se va a guardar es recomendable colocar un poco de producto mixto o lubricante en el último parche que utilizaremos (antes de utilizar el arma deberemos recordar limpiarlo con un parche)