Cómo limpiar un pescado?
Lo primero que debemos hacer para limpiar un pescado no plano es escamarlo (aunque algunos, como el rape, no tienen escamas) con un utensilio especial para ello; si no, lo haremos con un cuchillo, mucho cuidado utilizando la parte contraria al filo.
A continuación, y con unas tijeras de generosas dimensiones, les quitaremos las aletas exteriores. Lo siguiente, es abrir el vientre por la parte central y eviscerarlo completamente; las agallas o branquias se retiran con la tijera. Se lava bajo el agua, se seca y lo cortamos según la utilización que le vayamos a dar: podemos extraer lomos haciendo una incisión con el cuchillo muy pegado y en paralelo a la espina. De estos lomos es de donde mejor podremos cortar dados de pescado para guisos e incluso filetes.
Después de sacar los lomos, nos encontraremos con la espina central y la cabeza sobrantes, que nos puede venir muy bien para elaborar un caldo de pescado. En algunos casos concretos, también podemos utilizar unas pequeñas pinzas similares a las de manicura para eliminar cualquier resto de espina que nos pueda quedar en un lomo. Por supuesto, también podemos cortar rodajas.
Para los pescados planos:
También es necesario eviscerarlos haciendo un corte junto a la cabeza, en una zona más oscura, que es donde van las tripas. Las aletas exteriores se pueden quitar igualmente con la tijera. Dado que no tienen escamas, si queremos hacer filetes, lo primero que debemos hacer es quitarles la piel. Para ello, lo mejor es hacer un pequeño corte perpendicular en la piel justo antes de llegar a la cola y tirar con la mano desde allí hacia la cabeza.
- TRUCOS
Si tenemos un pescado plano muy fresco, como un lenguado, nos podemos encontrar con que al tirar de la piel, nos llevemos también parte de la carne. Para evitarlo, podemos escaldar brevemente la cola, introduciéndola en agua hirviendo durante unos segundos. - VARIANTES
Hay algunos pescados que necesitan ser limpiados concienzudamente de su piel para evitar que ésta se contraiga y lo deje chicloso: es el caso del rape. Si vamos a hacer un lomo de pescado a la plancha (dorada, lubina), lo comenzaremos a hacer por el lado de la piel, pero dándole unos cortes que eviten precisamente eso, que se contraiga.
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